La cirugía de glándulas salivales, que incluye procedimientos en la parótida y submaxilar, es un tratamiento quirúrgico que se realiza para corregir problemas en las glándulas responsables de la producción de saliva. Estas glándulas pueden verse afectadas por diversas condiciones, como infecciones, cálculos (piedras salivales), tumores benignos o malignos, y enfermedades autoinmunes. La intervención tiene como objetivo restaurar la función normal de la glándula, aliviar síntomas y, en algunos casos, eliminar crecimientos o formaciones anormales.
¿Qué implica la cirugía de glándulas salivales?
La cirugía de glándulas salivales consiste en la extracción o tratamiento de las glándulas afectadas. En el caso de la glándula parótida, que se encuentra cerca de las orejas, el procedimiento generalmente involucra una incisión en la piel para acceder a la glándula. Para la glándula submaxilar, ubicada debajo de la mandíbula, se puede hacer una incisión dentro de la boca o en la piel, dependiendo de la situación. El cirujano eliminará el tejido dañado, cálculos o tumores, asegurando que se preserve la función y apariencia lo más posible. El procedimiento puede realizarse bajo anestesia general o local, dependiendo del caso.
¿Quiénes pueden acceder a este tratamiento?
Este tratamiento está indicado para personas que presentan problemas en las glándulas salivales, como infecciones recurrentes, tumores, obstrucciones por piedras salivales o enfermedades crónicas. La cirugía se recomienda cuando otras opciones de tratamiento no han funcionado o cuando el problema afecta la calidad de vida del paciente, causando dolor, dificultad para tragar o sequedad bucal. La evaluación médica es fundamental para determinar la necesidad de la cirugía.
Beneficios y tiempo de recuperación
Los beneficios de la cirugía de glándulas salivales incluyen la eliminación del dolor y la restauración de la función salival normal. También permite reducir el riesgo de infecciones recurrentes o complicaciones más graves. El tiempo de recuperación varía según el tipo de intervención, pero generalmente toma de una a dos semanas para la recuperación inicial. Se recomienda reposo y cuidados postoperatorios para evitar infecciones y asegurar una curación adecuada. En algunos casos, puede haber ligeras molestias o hinchazón, pero los resultados suelen ser satisfactorios a largo plazo.
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